En medio del auge del robo de hidrocarburos en la historia de México, con un total de 10,363 tomas clandestinas detectadas en 2017, ayer martes Petróleos Mexicanos (Pemex) dio a conocer la suspensión de ocho de sus trabajadores por presuntamente haber participado en este delito.
A través de un comunicado, la empresa productiva del Estado detalló que la Secretaría de la Función Pública determinó la suspensión de los trabajadores como medida cautelar por su probable participación en la comisión del delito de robo de hidrocarburos, considerado grave en la legislación mexicana.
La investigación en contra de los trabajadores que estaban asignados al sector Ductos Minatitlán de Pemex Logística fue realizada por la Unidad de Responsabilidades de la empresa. Presumiblemente formaban parte de una red organizada que, de manera reiterada, manipulaba y alteraba las válvulas de seccionamiento San Octavio, del Poliducto Minatitlán–México, en Acayucan, Veracruz, con el fin de apoderarse de manera ilegal de hidrocarburos.
El reporte de tomas clandestinas emitido por Pemex al cierre del 2017, refiere un total de 10,363 tomas clandestinas para el robo de hidrocarburos en el país; es decir, se detectaron 3,563 más en comparación a las registradas el año anterior, siendo Veracruz una de las cinco entidades con mayor incidencia.
En opinión de Rubén Salazar Vázquez, director de Etellekt Consultores, Pemex requiere aplicar controles de confianza a todo su personal, incluyendo directivos; de lo contrario seguirá teniendo serios problemas de integridad.
Se estima que en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, Pemex ha puesto a disposición del Ministerio Público Federal entre 140 y 150 de sus empleados, acusados de presuntas participaciones en robo de combustibles.
Advierte que a pesar de ello, el porcentaje de sentenciados es muy bajo, alrededor del 15 por ciento del total de indiciados. Además, aunque el delito es considerado grave, no califica como delincuencia organizada, por lo que no amerita prisión preventiva.
Uno de los riesgos a los que se enfrenta la empresa es la oportunidad que tiene la delincuencia organizada de reclutar a sus trabajadores y ex empleados, vulnerables por el aumento en el número de despidos. Explica que recientemente, Pemex recortó entre 9 mil y 10 mil trabajadores; un aproximado de 30 mil en lo que va de la administración de Peña Nieto.
Los riesgos de que el crimen los reclute para esta actividad son muy altos. El año pasado recortaron a poco más de 9 mil. Ese es un riesgo muy importante para la seguridad de todo el sector, y se trata no solo de sindicalizados, sino también personal de las compañías contratistas; personal sobre el que Pemex no tenía control, pero que empleaba para diversas tareas en su infraestructura.
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