Escolín, de Complejo Petroquímico a chatarra en remate

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El Complejo Petroquímico Escolín antes de su desmantelamiento.

La empresa productiva del Estado Petróleos Mexicanos ha recuperado al menos 140 millones 706 mil 966 pesos, producto de cuatro remates de equipo y componentes de las plantas de etileno del Complejo Petroquímico Escolín durante los dos últimos años. Ahora pone a la venta el predio de 63 hectáreas.

Pemex desmantela su planta productiva

Por Édgar Escamilla

La mañana del 30 de mayo de 2002, una explosión cimbró el interior del Complejo Petroquímico Escolín, ubicado entre los municipios de Poza Rica y Coatzintla, al norte de Veracruz. Un obrero falleció y otros más resultaron lesionados e intoxicados.

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VISTA nocturna del Complejo Petroquímico y el Complejo Procesador de Gas, con el quemador de fosa encendido.

Tras la explosión, la entonces paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) optó por no reparar el tren de producción dañado. Parte de las piezas para refaccionar fueron enviadas a la planta en Minatitlán. Previamente, fue cerrada la estación de Cobos, en Tuxpan, la cual permitía la dotación de materia prima para su funcionamiento, el gas etileno.
Previamente, el nivel de producción había caído estrepitosamente en menos de una década, pasando de 165,235 toneladas de poletilenos en 1992, a solo 75,911 toneladas en el año 2000. La capacidad instalada de la planta era de 155,000 toneladas.
Tales argumentos sirvieron para que el Consejo de Administración de Pemex Petroquímica decidiera detener sus operaciones en 2007, y, años más tarde, iniciar el proceso de desmantelamiento del Complejo, vendiéndolo como fierro viejo; terminando así con la historia de una de las plantas petroquímicas con mayores estándares de calidad del país en la producción de polietileno de alta y baja densidad.
El pasado 25 de octubre de 2017, Pemex emitió una convocatoria para la venta en dos fracciones, del terreno de 63 hectáreas que ocupaba el Complejo; la más extensa con 602 mil 307.99 metros cuadrados de superficie y la segunda, de apenas 30 mil 398, 75 metros cuadrados, valuadas en 1,572 millones y 68 millones de pesos, respectivamente.
Con esto se pierden miles de historias que quedarán sólo en la memoria de los trabajadores testigos de su creación, auge y ocaso.
El Complejo Petroquímico Escolín
MESES
MESES antes de su desmantelamiento, el CPQ se erguía imponente sobre el valle de Poza Rica.

 
La planta inició operaciones en 1971, construida en un predio de más de 63 hectáreas entre los municipios de Poza Rica y Coatzintla, donado por las autoridades municipales en turno a Pemex. En ella se producía etileno de baja y alta densidad, utilizada en la fabricación de plásticos.
El etileno es un derivado del etano, componente junto con el metano y butano del gas natural, el cual se producía en el Complejo Procesador de Gas a partir del petróleo crudo; estas últimas instalaciones se encuentran ubicadas en el mismo distrito industrial que el Escolín. Cifras oficiales señalan una capacidad instalada de producción de 155,000 toneladas de polietilenos.
Según datos de Seguridad, salud y medio ambiente INFORME 2000, en el año 2000 el Escolín tuvo una producción de 137,132 toneladas de petroquímicos, lo que contrasta con las 75,911 toneladas reportadas por la ex paraestatal.
Ese año, la pérdida económica para Pemex fue superior a los 600 millones de pesos, según lo informado por el entonces encargado de despacho de la Dirección de Pemex Petroquímica, José Luis Jaramillo Hernández, en un documento del 5 de junio del 2001, enviado al ingeniero Armando Arenas Briones, entonces subdirector de Producción de Pemex Gas y Petroquímica Básica.
Aún así, fue reconocido en sus últimos años. La dirección general de Petróleos Mexicanos le entregó el premio “SIASPA 2000 a la seguridad y la protección ambiental” CPQ Escolín, por su buen desempeño y las iniciativas emprendidas en seguridad industrial. En 2001 se entregaron los certificados ISO-14001. Ese año las cifras oficiales apenas alcanzaron las 112,375 toneladas de producción. Durante 2004 se lograron obtener las recertificaciones de Industria Limpia que otorga la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). La producción había caído ya a las 42,860 toneladas de petroquímicos.
Escolín formó parte de los ocho centros de trabajo de Pemex Petroquímica: Cangrejera, Cosoleacaque, Morelos y Pajaritos, todos ellos en Veracruz, asimismo, el Complejo Petroquímimco Independencia, Tula y Camargo, en el centro y norte del país.

Chatarra

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EN AGOSTO de 2006 circuló en redes sociales un video del momento del derribe de una torre fraccionadora al interior del Complejo.

En julio de 2016, un video en el que se observa el derribe de la torre fraccionadora DA-403 se difundió, rápidamente, entre las redes sociales de trabajadores y extrabajadores del CPQ Escolín. Les resultaba increíble ver derrumbarse aquella torre del que fuera su centro de trabajo, al que durante décadas acudieron puntualmente a laborar, atendiendo el llamado del silbato de vapor, que aún se escucha diariamente por las mañanas, al medio día y por la tarde.
La descripción del video (eliminado tiempo después) relataba que de esta manera terminaba el que, en su momento, fue el Complejo Petroquímico con los más altos estándares de Calidad y Seguridad de PPQ, al que acudían clientes nacionales que venían desde Monterrey o desde la península de Yucatán a buscar el polietileno de CP Escolín, el mismo que enviaban a países como USA, Holanda, Alemania, Corea. Japón, China, Vietnam, Singapur, entre muchos otros.
En los comentarios varios ex trabajadores expresaron su nostalgia respecto al desmantelamiento de la planta. Bertha Hernández, quien ingresó a laborar al complejo en 1986, escribió: “Los mejores somos y seguiremos siendo los trabajadores orgullosos del Complejo Petroquímico Escolín, los Escolinapios”, comenta Bertha Hernández, quien ingresó a laborar al complejo en 1986.
“Pena, tristeza, coraje, pero aún más, indignación por lo que acabo de ver, el símbolo del Escolín caído como cualquier chatarra. Difícil asimilarlo”, comentó Andrés Aguilar Ceballos, quien se unió a la plantilla laboral del CPQ en 1992.
A través de distintas convocatorias emitidas, al menos, durante los dos últimos años, Pemex ha recurrido a la venta de las plantas instaladas en Escolín. De acuerdo a una revisión realizada en el portal de transparencia de la empresa, en 2015 la Subdirección de Administración Patrimonial de Pemex emitió la convocatoria para la licitación MP-042/15, en la que se pone en venta equipos y componentes que formaron parte de la Planta de Etileno (para desmantelar) del CPQ Escolín, por un precio referenciado de 44 millones 994 mil 200 pesos.
Ese mismo año, se hizo pública la licitación MP-004/15, para la venta de un lote de equipos y componentes que integraron la Planta de Etileno. En esa ocasión, el precio de venta fue de 53 millones 993 mil 100 pesos.
El 6 de abril de 2016 se dictaminó el fallo de la licitación pública VB-018T4I985-E46-2016, a través de la cual terminó siendo rematado un lote de equipos y componentes de la Planta de Etileno por la cantidad de 21 millones 120 mil 466 pesos con 88 centavos a favor de la empresa Pipeline Service Co. Del Norte S.A. de C.V.
Dado el éxito de la venta de las plantas como chatarra, el 23 de septiembre de 2016 se publicó la convocatoria para la subasta VB-018T4I985-E151-2016, en la cual se remataron los componentes de la planta de polietileno de baja densidad, a un precio de diez millones 599 mil 200 pesos.
Los últimos días del CPQ Escolín
“Era un centro de trabajo, altamente, productivo”, inicia la historia que comparte uno de los ingenieros que formaron parte del equipo de trabajo, testigo del ocaso forzado de Escolín y quien, prefiere omitir su nombre por cuestiones personales.
DESDE
DESDE el 2001, personal del Complejo exponía la problemática por la falta de materia prima.

“Sí, hubo algunos problemas fuertes, que fueron básicos para dar pie a la decisión de que se cerrara cuando estábamos en el mejor momento”, refiere como quien rememora sus grandes triunfos. Ya jubilado, se sienta en su sillón y comienza a relatar cómo es que Escolín pasó de sus días de gloria a convertirse en fierro viejo.
“Fuimos un centro con una producción sobre la capacidad de diseño, que era de 175 toneladas diarias y se producían hasta 205 o 210 de polietileno, en los últimos días se mantuvo arriba de 180 toneladas, pero que seguía siendo por arriba del promedio”.
Recuerda que estaba laborando en la planta cuando recibieron la visita de un funcionario procedente desde la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz. El visitante llegaba con el primer aviso de cierre.
“Oiga inge, fíjese que le traigo un tema más cabrón, la planta no es productiva. Le respondo: ¡ah chingaos, cómo que no es productiva!…”
En 2006, los ingresos de Escolín permitían, además de cubrir los costos de operación y la nómina de los trabajadores, destinar recursos para el pago de salarios del personal de otras petroquímicas.
“Las utilidades eran de cientos de miles de millones al año, a nosotros producir una tonelada nos costaba solo 6,500 pesos, a Cangrejera 7,500 pesos. Al presupuesto para nuestro centro de trabajo se destinaban solo 78 millones de pesos, el resto se iba a las demás plantas”, puntualiza en el relato.
El visitador alegaba que la planta se encontraba en quiebra, sus ingresos no alcanzaban para cubrir los costos de producción. Sin embargo, el personal de Petroquímica Escolin defendió su centro de trabajo, mostrando los libros de contabilidad, dejando en claro los balances, pero esto de poco les sirvió.
“Los muchachos dijeron: ingeniero, no estoy de acuerdo con los que usted menciona, porque yo este año en mantenimiento no me gasté eso, mis gastos fueron de menos de la mitad de lo que usted afirma; sí, gasté eso que usted manifiesta, pero hace como cinco años, pero para este año no”.
Después de debatir cifras, aquel visitante dio su última palabra, el destino estaba echado: aquellas cifras y una minuta que debían firmar le habían sido entregadas por sus superiores con la orden de cerrar, definitivamente, el Complejo. Todos se negaron a firmar, pero en nada ayudó.
Un año después, en 2007, se detuvieron las operaciones en su totalidad; año y medio después, aquel testigo de la defensa de Escolín, quien llegó ahí a trabajar en el año de 1980, se iría jubilado de Pemex.
Fue en febrero de 2007 cuando el director del Complejo, Asunción Hernández Hernández, dio a conocer al personal de mayordomos, jefes de área y encargados, que a partir de abril de ese año la producción y operación de la planta se detendría por la falta de presupuesto para la adquisición de la materia prima.
Pemex desmantela sus plantas petroquímicas
A la par de Escolín, el Consejo de Administración de Pemex Petroquímica decidió el cierre de la planta en Ciudad Camargo, Chihuahua, la cual se encontraba cerrada desde 2002, pero que en sus últimos días mantenía una planta laboral de 600 trabajadores.
MAQUINARIA
MAQUINARIA pesada se encargó de remover hasta el último tornillo.

En una entrevista realizada al entonces Subgerente de Petroquímica Escolín, Carlos Romero Reynaga, el 15 de agosto de 2013, reconoció que la planta se encontraba en sus últimos días, ya que se encontraba en paro desde 2007 y que al igual que la planta de Chihuahua, seguían trabajando 600 obreros, destinados única y, exclusivamente, a labores de mantenimiento, mientras seguía el curso de los procesos de enajenación.
El funcionario mencionó que uno de los motivos del paro fue la escasez de materia prima, el gas natural, con el que se alimentaban las plantas de etileno para la producción de polietileno de alta y baja densidad.
Javier Velázquez Vallejo, entonces superintendente de Ingeniería y Mantenimiento en el CPQ Escolín, advierte que Pemex fraguó el desmantelamiento de la planta con anticipación; primero, con el cierre de la Terminal de Almacenamiento de Cobos, en el municipio de Tuxpan, que proveía de la materia prima al Complejo. Dicha instalación permitía recibir etileno desde el complejo de Pajaritos.
El otro argumento para el cierre de la planta fue la baja disposición de materia prima, el gas natural. El proyecto Aceite Terciario del Golfo (ATG), insignia de las administraciones de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa en materia de hidrocarburos, prometían la producción de gas natural; se gastaron miles de millones de dólares, pero los campos no produjeron lo esperado, a pesar de representar las mayores reservas de petróleo del país.
A octubre de 2016, Pemex realiza la quema y venteo de 522 millones de pies cúbicos diarios de gas natural asociado, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), de los cuales, 16.2 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) corresponden al Activo de Producción Poza Rica-Altamira y 3.3 mmpcd al ATG.
La explosión, la gota que derramó el vaso
Eran las 08:25 horas del jueves 30 de mayo de 2002. No había pasado ni media hora desde que sonó por segunda ocasión el silbato de vapor de Pemex anunciando la hora de ingreso. Una fuga de hexano en un tanque de la planta de polietileno de alta densidad había sido pasada desapercibida por los obreros. Una fuente de ignición derivó en la conflagración que acabó con la vida de un trabajador, mientras que dos personas más sufrieron lesiones y siete más resultaron intoxicadas.
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EL ÁREA se observa desolada tras el retiro de las estructuras.

Al sitio acudió personal del Departamento de Contraincendio de Pemex, que logró extinguir las llamas cerca de las 10:00 horas, según el comunicado oficial de la empresa. En las tareas participaron elementos del Ejército Mexicano; acordonando el área, mientras que Protección Civil y la Policía Municipal colaboraban fuera del perímetro.
Fue un día trágico, según recuerdan los trabajadores, no solo por la pérdida de uno de sus compañeros, sino porque fue el preludio del paro escalonado de las operaciones y posterior cierre y desmantelamiento.
Refieren que Pemex actuó con dolo al no permitir la reparación del tren de producción dañado y que, a la postre, derivó en fallas en el segundo tren. Dichas instalaciones pudieron repararse en un tiempo estimado de cuatro semanas como máximo.
A finales de julio de 2016y durante los dos meses siguientes, fueron testigos del derribe de las torres fraccionadoras, que en su momento representaban a Petroquímica Escolín y podían ser admiradas a kilómetros de distancia al acercarse a Poza Rica.
Vecinos de las colonias ubicadas en la periferia del Complejo, recuerdan con añoranza las luces que se ubicaban sobre las torres y daban aviso de su ubicación. De los 600 trabajadores que quedaban en 2013, la mayoría ha sido jubilada y los restantes reacomodados en otras áreas. En el lugar quedan de pie solo tres de las torres, en espera de la siguiente licitación y de que un comprador las adquiera como fierro viejo.
El sindicato calló
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EL SINDICATO guardó silencio.

Alfredo Sosa Orozco, trabajador jubilado del CPQ Escolín, advierte que a pesar de que los trabajadores se percataron de la caída provocada de la producción y el eminente cierre de las instalaciones, tratando de forzar al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), entonces con un puesto en el Consejo de Administración de la empresa, la dirigencia permaneció omisa.
Finalmente el Complejo cerró sus operaciones y fue parte fundamental en la crisis económica que enfrentó la ciudad de Poza Rica por la jubilación anticipada y pérdida de aproximadamente 1,400 plazas laborales, en un inicio.
“Esa es una carga que tiene que soportar la organización sindical, porque no movió un dedo para defender nuestra fuente de trabajo. Eso es algo que van a cargar de por vida”, expresó.
 
Terreno en venta
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MÁS DE 60 hectáreas a la venta.


Consecuente con su política de desmantelamiento de la infraestructura de refinación de petróleo en el país, Pemex dio un paso más en su reforma privatizadora al poner en venta el predio que ocupara el CPQ Escolín. El 25 de octubre de 2017 se dio luz verde al proceso de enajenación, haciéndolo público hasta el martes 31 de octubre.
El terreno se ubica en el camino a Palma Sola, sin número, en la colonia Cinco de Mayo en los linderos entre Poza Rica y Coatzintla. La fracción principal cubre una superficie de 602,307.99 metros cuadrados, es decir, poco más de 60 hectáreas, y está a la venta por 1,572 millones de pesos, mientras que la segunda fracción apenas tiene una superficie de 30,398.75 metros cuadrados; poco más de tres hectáreas, con un costo de 68 millones de pesos, según se establece en la Licitación Pública Nacional SUAP-1-33/17 y SUAP-I-34/17, emitidas por Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de la Subdirección de Administración Patrimonial.venta de cpq (2)
Destaca el hecho de que la convocatoria señala que no se vende el terreno raso, sino que incluye construcciones, obra complementaria, elementos accesorios y sus equipos y componentes.
La diputada federal Rocío Nahle García, coordinadora de la bancada de Morena en la LXIII Legislatura, criticó fuertemente la medida y acusó al presidente Enrique Peña Nieto de “empeñarse en rematar algunos complejos petroquímicos e instalaciones petroleras importantes antes de terminar su desastrosa gestión”.
Hace menos de tres meses, Nahle García solicitó que en Escolín se instalara una minirrefinería para procesar petrolíferos, pero el gobierno federal rechazó su propuesta, “con el argumento de que no contaban con recursos para invertir en el proyecto, en cambio sí tuvieron recursos para comprar a sobreprecio unas instalaciones chatarra como las de Agronitrogenados, a las que le están invirtiendo más de 200 millones de dólares y todavía no pueden producir una tonelada de fertilizante”.
Tras el anuncio de la venta del predio, el equipo del alcalde electo de Poza Rica, Javier Velázquez Vallejo, analiza la posibilidad de revocar la donación, toda vez que el terreno pertenece al fundo legal municipal, y que fuera donado a la Federación hace más de 40 años para la explotación de un bien nacional, por lo que si Pemex desinstaló el Complejo Petroquímico, la ley asiste al municipio exigir la devolución del predio; argumento legal que deberá esperar a que entre en funciones la próxima administración.

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